lunes, mayo 23

No soy consciente.

No soy consciente de la suerte que tengo. De tener alguien que me cuide, pero que no se note mucho, que sabe que está ahí, alguien que me escuche, que me ayude, que me da consejos pese a que sean verdaderas locuras, que me llama para contarme cualquier estupidez, alguien que se ríe tanto de mi, como conmigo, que me dice las verdades a la cara y trata de corregir mis errores, que da la cara por mi, que me conozca, alguien en quien sé que puedo confiar, que me perdone todos los errores y no me los eche en cara más adelante, que me prevenga, me avise, y aunque me equivoque me consuele, que tenga paciencia, ya que conmigo le hará falta, que esté dispuesto a seguirme las tonterías, y a soportarme en mis días tontos, que entienda como soy y como me siento, y que comprenda que las cosas más insignificantes son un mundo para mi

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